sábado, 26 de abril de 2008

EL DETECTOR DE METALES

La Arqueología Colonial en el Grupo Espeleológico "Sabaneque " de Sagua La Grande, Cuba.
(Notas de Diario de Campo)



"Siempre hemos recopilado estas leyendas sagüeras desde el punto de vista puramente folklórico, pero no fue hasta principios de 1979 que consigo con el señor Enrique en el edificio de Villegas # 5 en la Habana Vieja, un plano para construir un detector de metales y el Martes 19 de enero de 1982,Fidel Vila (Machy),Albertico Santana y yo, iniciamos una nueva era de arqueología colonial en Sagua La Grande,donde incorporamos la tecnología (un poco atrasada) del detector.
Decidimos que revisaríamos un poco todo mi archivo de leyendas pues nada teníamos que perder y mucho que ganar recorriendo los bellos campos de Sabaneque.El primer viaje fue el 20 de enero y lo hicimos (por supuesto) a las legendarias lomas del Mogote donde yo llevaba 12 años confeccionando el catálogo de su fauna y la cartografía de todas sus cuevas,además de algunas incursiones en el campo de la arqueología y paleontología (libro en preparación “Los Mogotes de Jumagua”).
Fue en las cuevas del Mogote que comprobamos que a nuestro equipo no se le escaparía ni un alfiler,siendo esto arma de doble filo pues este “sonaba” todo el tiempo ante herraduras,guatacas,cubos,palas,latas y cuanto material metálico allí existía. Se trataba de un modelo muy antiguo de rastreo de metales que habíamos copiado de una revista “Mecánica Popular” de los años cincuentas y este no discriminaba entre el oro,la plata,el hierro o el zinc.
El Sábado 23 de enero salimos a explorar la Finca de la Jutía donde se dice que está sepultada una corona de España por el bandido del siglo XIX llamado Pepe Cuca y al bajarnos de la guagua aprovechamos para explorar un poco y fotografiar al antiguo ingenio “Capitolio”,así como el “túnel” o “algibe” y la casa de Don Antonio Duque(quien intentó envenenar al general José Luis Robau durante la guerra de independencia). Todas las construcciones se conservaban casi intactas.
En la finca La Jutía encontramos algunas cuevas o furnias las cuales rastreamos,obteniendo los mismos resultados que en las cuevas del Mogote.Pero nuestro objetivo no eran solo tesoros de oro y plata sino que algunos tesoros coloniales de hierro pasaron a engrosar mi colección arqueológica con grilletes de esclavos,viejos machetes y hasta revólveres casi completos de los tiempos de la manigua mambisa.Por el camino incorporaba otros tesoros culturales en el mundo del rico folklore campesino lleno de tantas anécdotas interesantes que huvieran pasado al olvido de no haberlas rescatado.En 1982 aún quedaban los hijos de los mambises que tenían más que contarnos que sus nietos actuales.Pero mi generación tuvo la gran suerte de conocer incluso a los últimos mambises que aún transitaban cargados de años por las calles de Sagua en los años setentas cuando comenzamos nuestras investigaciones.Uno de ellos lo fue Don Benito Serrano,que aunque no apare-cía en ningún registro de veteranos (por despreocupación personal y familiar),todos los veteranos sobrevivientes lo reconocían como tal.Nunca estuvo en la Guerra pero su enlace entre Sagua y Loma Bonita fue muy valioso para los mambises.José L. Robau lo tuvo como mensajero personal todo el tiempo que duró la guerra.Entre las tantas anécdotas que nos contó nuestro inolvidable Benito estaba la de una botija de oro que desenterró el temible Benito Carreras en el patio de la casa que hoy tiene el número 3 de Gonzalo de Quesada que por aquellos tiempos era caballeriza del cuartel de voluntarios y que él (Serrano) recogió vacía y conservó hasta el día de hoy que nosla enseñó.

Le he dicho a mis amigos que nunca encontramos oro, pero el simple hecho de “salir a buscarlo,resultó tan interesante como haberlo encontrado”.La búsqueda de tesoros es tan ritual como la misma pesca que en ocasiones no da resultados,pero mucho entretiene, y donde hasta los mismos planes preliminaries forman parte de “La Fiesta”.
La Cueva de José Luis Robau en Loma Bonita fue otro de nuestros objetivos, aquí también la leyenda nos habla de una botija pero mi mayor tesoro fue recorrer y cartografiar la mítica caverna que sirviera de Cuartel General a la gloriosa Brigada Sagua en el siglo pasado.Más tarde supe que increiblemente esta cueva nunca había sido cartografiada a pesar de su transcendental importancia para Sagua La Grande (y la he mostrado recientemente por vez primera al mundo en la revista “El Undoso” editada en Miami,Florida),(marzo-1995).

Es interesante señalar que por esta zona, al final de la cordillera del Mamey, existen, en diferentes puntos aislados entre sí,la misma leyenda de “caballerías fantasmas” que con gran estruendo sorprenden al atariado campesino o a la dedicada ama de casa,que sorprendida al abrir su puerta, observa con horror un enorme torbellino de polvo levantado por decenas de caballos que avanzan sin detenerse hacia ella.Quizás este fenómeno sea repetible en sitios donde ocurrieron sangrientas batallas pasadas.
Por el río Sagua rastreamos la antigua hortaliza de los chinos cerca de lo que fue hasta hace poco la Fábrica de Hielo sin obtener resultados positivos pero sin embargo allí mismo y muy escondido,descubrimos por medio de un campesino que existía la base de un antiguo ingenio de esclavos del que nunca antes habíamos oído hablar,otro tesoro más para la colección.
Veamos a continuación otros sitios de tesoros ocultos de nuestra región recopilados y visitados por nuestro grupo de labor":





En la foto: Primer Grupo de Arqueología Colonial en Sagua La Grande haciendo pruebas con el detector de metales en 1982.
(Arriba, De Pie: el inolvidable amigo, recientemente fallecido, Alberto Santana Morales. Abajo, Excavando: Pedro Suárez Tintín).



Diario de Exploraciones

Jueves, 28 de Enero de1982
...Temprano llegamos al ingenio "Capitolio" (demolido hace más de un siglo).

Sin pérdida de tiempo exploramos "el túnel" (como todos le llaman*) y sin resultados pasamos a las demás ruinas que ocupan gran área del terreno, ocupándonos toda la mañana. !Encontramos gran cantidad de guatacas y herraduras ¡.

Después de almorzar junto a las ruinas, partimos rumbo a Loma Bonita la que fuera "Cuartel General del Ejército Mambí" en el siglo pasado. La cueva de "José Luis Robau" se encontraba en la sima de dicha loma y nos resultó muy dificil localizarla; ! esta sería nuestro próximo objetivo¡.

No quise perder la oportunidad de cartografiar la cueva y a medida que buscábamos fuí tomando las respectivas medidas logrando cartografiar completamente la cueva.

(! Luego supe que la cueva en cuestión nunca había sido cartografiada)

En cuanto al rastreo tuvimos algunas dificultades pues (como nos ha ocurrido en otras ocasiones) en las cuevas,el goteo que origina las formaciones secundarias (estalactitas, estalagmitas,etc) arrastra consigo gran cantidad de minerales que junto con el guano de murciélago y la tierra forman una masa altamente concentrada de los mismos, provocádole algún sonido a nuestro "aparato detector".

(al menos esta es la teoría).

Siempre que nos ocurre esto hemos optado por ajustarlo a "cero" pegádolo a este tipo de tierra.

...terminamos algo tarde y pude en fín cartografiar todas las galerías. Resultó ser una cueva de más de cien metros de galería central o principal pues tiene muchas ramas laterales o secundarias que aumentarían la medida al doble.

Tratando de buscar otro camino hacia la carretera nos pescó la noche tan oscura como la cueva visitada, pero íbamos (Albert, Machy y yo) contentos pues no considerábamos una vez más el resultado de la expedición como un fracaso ,por el contrario: "Sabíamos ahora que ya existía otro lugar menos que rastrear".

"Vendrían otros nuevos".

(Creo que este ánimo que ha mantenido hasta el momento mi empresa, no es más que el preludio de un futuro éxito total...")

EL BAUL PIRATA DE SAGUA

EL BAUL
Historia del Baúl encontrado en Sagua La Grande.
(Notas de Campo)

“Una agradable mañana del mes de dicienbre de 1970 habíamos preparado una soga con nudos y un garfio en la punta la cual nos serviría para descender al precipicio ubicado a la derecha del gran salón o antesala de la Cueva del Murciélago.Nuestra joven mente iba a realizar una aventura, no una seria exploración científica. Influenciados por libros de Julio Verne y Salgari explorábamos al estilo europeo;botas altas,Bermudas,casco de corcho,cuchillo en la cintura,sogas de nudos con garfios,entre otros equipos.En ocasiones nos acompañaba el perrito “Apanachi” de nuestro colega Fidel Vila (Machy).Cuando podíamos conseguir vino Viña 95 llenábamos una cantimplora pues: “todo explorador debe entrar en calor con buen vino:…”
“ Aquella mañana tomamos en Sagua la guagüita hasta el crucero de Jumagua y cargando con nuestro equipaje continuamos a pie por toda la línea férrea hasta el límite de Jumagua y Chinchila donde cortamos hasta hallar la Cueva del Murciélago (aún no bautizada cartográficamente)”.


“ Tan pronto como cumplimos con los ritos tradicionales de “buen viaje por el interior de las cuevas” (Ver: “LA CAMPANA” y “LA VIRGEN”),amarramos nuestra soga en una cavidad y la lanzamos hacia la profundidad del precipicio y comenzamos a descender.Nuestro principal medio de iluminación eran antorchas y mechones de saco empapados en petróleo.El humo que estas des-prendían nos hacía muy incómoda la exploración.Este “precipicio” o depression (furnia) forma par-te de la Cueva del Abono la constituiría una cueva independiente de no ser por algunas comunica-ciones que tiene con Cueva del Murciélago. De esta se extrajo gran cantidad de abono orgánico durante la primera mitad de este siglo (XX). El abono no es más que el excremento del murciélago el cual se utiliza como fertilizante en terrenos de cultivo ;se le llama comunmente “Guano de Murciélago” o “Murcielaguina”.En cuevas como esta,donde existen gran cantidad de quirópteros, se acumulan grandes colchones de este abono en relativamente poco tiempo. Durante nuestro recono-cimiento encontramos muchas herramientas abandonadas que se utilizaron en dicha actividad in-cluyendo los largos cables de acero por donde rodaban montaña abajo las cubetas de carga,facilitándonos estos teleféricos el ascenso y descenso a los rincones más incómodos de la caverna”.

“En una de las oquedades,casi justo al borde del llamado precipicio, encontramos un extra-ño baúl aplastado cuya madera,muy deteriorada por el tiempo,se nos hacía polvo entre las manos, con todo su material metálico(cerradura,esquineros y adornos) en avanzado grado de oxidación. Sus restos estaban por debajo del piso original de la cueva a diferencia de los demás instrumentos que estaban sobre (o dentro) del guano”.

“Recogimos todas las partes metálicas para poderlas comparar posteriormente, pero el estilo de estas piezas era completamente diferente a los baules,por lo que comenzamos a acariciar la posibilidad de un “Baúl Pirata”.

“ Muchas personas nos decían que “estaba muy en la superficie para ser tan antiguo” y esta razón nos hizo ser más conservadores dedicándonos a consultar ancianos,campesinos y especialistas con los cuales nunca llegamos a una conclusión definitiva”.
Pedro Suárez Tintín (1982)

El descubrimiento de este raro baúl en 1970 revolucionó a toda Sagua y hasta el día de hoy la tradición popular lo ha incorporado a su folklore de la forma siguiente:
“A principios del siglo XX unos obreros que extraían guano de una de las cuevas del Mogote tropezaron sus palas con un viejo baúl en el fondo de un precipicio y emocionados ante el descubrimiento destruyeron su enorme candado metálico comprobando con incredulidad que habían acabado de encontrar un enorme tesoro pirata y que sus vidas de guaneros había terminado.Toda la empresa quedó abandonada y el extraño cofre vacío apareció muchos años después aplastado por la inclemencia del ambiente subterráneo”.

Es curioso destacar que cerca de este hallazgo encontramos una antigua botella la cual nadie pudo identificar.Cuando ingresé en la Universidad de La Habana en 1975 traté de compararla con otras de catálogos coloniales y consulté a especialistas, pero nunca he identificado a tan rara pieza.

Para las futuras generaciones debo decir que por aquellos tiempos del descubrimiento decidí sepultarla en la sala de mi casa cuando construíamos dos muros para el apoyo del “mediopunto”,así que
“la botella pirata” ha continuado su viaje hacia el futuro con una nota mía en su interior .Por otro lado las partes metálicas del baúl aún se conserva en mi colección con vistas a desentrañar su misterio algún día en el futuro inmediato.Pero hemos de entender que sean lo que sean estos dos objetos,para la tradición continuarán perteneciendo al mundo encantado de las leyendas…



HISTORIA DE LAS EXPLORACIONES DEL GRUPO ESPELEOLOGICO SABANEQUE

HISTORIA DE LAS EXPLORACIONES DEL GRUPO ESPELEOLOGICO
"SABANEQUE"
Sagua La Grande, Las Villas, CUBA (1970 - 1985)

EL GRUPO ESPELEOLOGICO "SABANEQUE" DE SAGUA LA GRANDE, TRANSFORMO A LOS MOGOTES DE JUMAGUA "DE UN POTRERO A UN AREA PROTEGIDA".

En el siglo XIX se consideraban a los Mogotes de Jumagua un rincón misterioso lleno de leyendas y fantasmas que no permitían acercarse a él; güijes, madreaguas, y leyendas de refugios y tesoros piratas que los más osados sagüeros se arriesgaban a buscar; allí se escondieron negros esclavos que escapaban de sus amos y durante la Guerra de Independencia sus cuevas sirvieron de escondites a muchos de los mambises de la "Brigada Sagua".

Durante La República, estos mogotes constituían solo el centro de un aislado potrero sin ningún interés científico; aunque se efectuaron algunas visitas de destacados hombres de la ciencia (como Don Carlos de la Torre) que colectaron algún especímen pero nunca acamparon por más de un día.

En los años sesentas continuaron estas visitas ocasionales, pero no fue hasta 1970 que un grupo de jóvenes sagüeros le dieron su verdadero valor científico cuando deciden que ya era hora de hacer un inventario de su fauna y la cartografía de las cavernas, albergándose en plan de colecta por muchos días y defendiendo a estos de un intento del gobierno local para convertirlos en cantera de roca caliza. Así se logra el status de "El Area Protegida" 15 años después.

Esta es la historia de las primeras exploraciones científicas en los Mogotes de Jumagua y sus alrededores.

LA CIENAGA DEL MOGOTE
(Diario de campo, 1970-1985)

¡Un mundo fantástico¡ donde los colores y el embriagador olor selvático nos sensibiliza remontándonos a la Era Secundaria. Aquí nos encontramos con grandes extensiones de pantanos decorados por bosques de helechos, enredaderas, trepadoras, que entre lianas y nínfeas, exhiben el típico panorama de cuentos de hadas.
La cantidad de aves que albergan estas ciénagas es incalculable, lo mismo en especies nativas que migratorias. Sería una buena señal para nuestros Mogotes si todo el que lo visitase fuera explorador, fotógrafo ó simplemente amante de las aves y la naturaleza, pero lamentablemente no es así; he visto muchos “visitantes” de los que no cuelga una cámara fotográfica de su hombro sino “esa fatídica arma de fuego que llaman AK-M, terror de los elefantes de Angola pero tan poco apta o práctica para los frágiles pajarillos de nuestro territorio. En medio de aparatosos despliegues con jeeps, tiendas y teléfonos, estos señores feudales de la isla desahogan el sadismo de militar frustrado, la impotencia del “perdedor de todas las guerras” contra este paraíso que nos queda a los sagüeros; ¡el único pulmón con que cuenta La Villa del Undoso y gran parte del Territorio de Sabaneque¡. Existe una micro-orquídea aún no clasificada que crece del tupido bosque, una rareza vegetal más que situa a nuestros mogotes en un lugar de máximo interés entre las regiones naturales de la isla de Cuba. Hemos bromeado entre nosotros de no revelar el sitio de las misteriosas florecillas para así crear nuestro propio perfume: “Embrujo de Jumagua”.

Toda la región de Sabana, con su exótico archipiélago constituye un verdadero paraíso ornitológico. Hemos contabilizado poco más de 200 especies diferentes de aves entre los cayos, bosques interiores y río Undoso. Cuantitativamente los reportes son significativos, enormes poblaciones son a veces observadas en un área relativamente pequeña como lo es el caso de las ciénagas del norte de los Mogotes de Jumagua (uno de los últimos refugios de aves tanto cubanas como migratorias, visitantes ocasionales y raros visitantes) donde viven un alto porciento de las especies y subespecies endémicas cubanas como lo son los tocoloros, arrieros, cartacubas, cateyes, cotorras, cabreros y carpinteros entre otros que ya no podemos ver en otros habitats de Sabaneque. Este fue uno de los tantos argumentos que usanos para defender a los Mogotes de Jumagua cuando el gobierno local trató de convertirlo en una cantera de roca caliza, y que los doctores Manuel Rivero de la Calle y Antonio Núñez Jiménez (tras nuestras protestas) le dieron gran prioridad durante sus gestiones para detener la monstruosidad que se iba a cometer.

martes, 22 de abril de 2008

Primeros Sitios Arqueológicos de la Ciudad


HISTORIA DE LAS EXPLORACIONES DEL GRUPO ESPELEOLOGICO
"SABANEQUE"
Sagua La Grande, Las Villas, CUBA (1970 - 1985)

PRIMEROS SITIOS ARQUEOLOGICOS DE LA CIUDAD
(Copiado de las notas de campo)

Producto de las exploraciones y descubrimientos arqueológicos de Sagua la Grande en los pasados años 1975 y 1976, el Grupo Sabaneque ha efectuado una búsqueda intensiva en el resto del antiguo territorio indio del norte de Las Villas con el objetivo de ir ampliando el mapa de las antiguas poblaciones indígenas que poblaron nuestra zona. Desde 1976 hasta 1980 se han detectado muchos sitios más desde Sagua La Chica hasta Corralillo.

LOS SITIOS ARQUEOLOGICOS DENTRO DE LOS ESTEROS DE LA CIUDAD
(Arqueología de los Zanjones)

EL ZANJON DEL TEJAR

Hemos de narrar en orden cronológico que existe uno de estos sitios, muy parecidos a los del resto del río, en la propia ciudad de Sagua La Grande. En lo que llamamos “el zanjón del tejar”, ubicado un poco después del final de la calle Brito y casi cortado por la calle Patria donde hemos sacado unas cinco cajas de utensilios indígenas; también en la zanja o estero más pequeño que intercepta a Brito y Estrada Palma hemos encontrado algunas piezas aisladas que estamos seguros constituyeron parte de un gran sitio arqueológico hoy muy reducido, destruído y repleto de sedimentos actuales, tejas, zines, desperdicios, latas, basura y vegetación cortada. Dándonos cuenta que hasta en estos esteros citadinos aparecían instrumentos de moluscos en abundancia, decidimos hacer un rastreo sitemático de todos estos zanjones de Sagua y el resultado ha sido que no existe ni uno solo de ellos donde no haya aparecido al menos unos fragmentos de concha y silex.
EL ZANJON DEL CAYITO

Lo bautizamos así pues su boca hacia el río está frente al llamado Cayito del Tejar por la ladera derecha de la cuenca., y este se e
xtiende más allá de la Carretera del Desvío. Es una antigua garganta más profunda que los demás zanjones cuya corriente fluvial ha desaparecido con el tiempo y sitio agradable para acampar pues los enormes árboles a sus lados hacen una especie de túnel gigantesco muy fresco y agradable a la vista. Aquí, el 12 de Agosto de 1977 localizamos un bolsón de arena con algunos fragmentos de instrumentos elaborados por nuestros aborígenes con el Strombus gigas; al parecer, estos Esteros o pequeños afluentes del río en épocas remotas constituían un buen punto de atracción para las comunidades primitivas de Sagua La Grande.

EL ZANJON DEL DESVIO

Partiendo de la ladera derecha del río, cerca del camino derivado de la calle Carrillo, y
dirigiéndose hacia la intercepción de la carretera a Resulta y el desvío a Sitiecito, está este viejo zanjón o estero en el cual hemos encontrado algunos instrumentos de concha eleborada.


EL ZANJON DE ISLA VERDE

Este es uno de los esteros más desgastados y alterado de la ciudad. Aquí comenzó el foco de la población a finales del siglo XIII cuando aún no se le llamaba Sagua La Grande, sino El Embarcadero. Este fue el primer desagüe de los desperdicios de la villa naciente y sobre el cual se construyó el primer puente por aquellos tiempos para poder alargar el camino de la actual calle Clara Barton. Hacia la chorrera. Aquí existió una vega de tabaco, y luego existieron casas, corrales y plantaciones.

A principios del siglo XX se instaló una arenera y todo esta superposición de capas generacionales han ido alterando mucho a Isla Verde y su estero que hoy lejos de ser el gran Zanjón que era, no representa más que un reducido canalito. No obstante hemos conseguido algunos restos de conchas trabajadas en esta área y no hay por qué dudar que la Sagua primitiva surgiera encima de un asentamiento aborígen. La antigua tradición que contaban los últimos mambises de Sagua, decía por aquí pasaba el viejo camino indígena que unía a Oriente y Occidente, el primer paso del río desde la desembocadura (comunicación personal Don Benito Serrano, mensajero de José Luis Robau). Las piezas que hemos encontrado en esta antigua zanja natural (¿ O artificial?), también pueden provenir de la arena que aquí se almacenó por mucho tiempo, por lo que afirmamos que este sitio es el más dudoso de la ciudad.

EL ZANJON DE CONTRERAS

La exploración de lo
s Esteros fue interrumpida por otros proyectos de investigación de nuestro grupo arqueológico, pero un año después, en 1978, se terminó de realizar lo que llegamos a llamar “La Arqueología de los Zanjones”, comprobando en el llamado “Estero de Contreras” (donde se separa a Sagua de Cocosolo y se une por medio del “Puente de la Concordia”) también aparecían restos de nuestros siboneyes, y dejamos para planes futuros poder realizar una excavación completa del sitio para puntualizar más detalles del antiguo asentamiento indígena porque éste se halla muy mezclado con sedimentos y desagüe malsano.

domingo, 20 de abril de 2008

LOS CONQUISTADORES EN SAGUA



Visita de Pánfilo de Narváez a los indios sagüeros.

“Llegaron a un pueblo que estaba en la ribera de la mar del Norte.Este pueblo estaba situado, con más precisión, en la desebocadura del río saguagrande, que tenía las casas sobre horcones dentro del agua y al que los siboneyes llamaban Carahate”.

Amediados de los años setentas (XX) con el derrumbe en el patio en una casa de San Juan de los Remedios apareció un túnel o pasadizo del cual nos enteramos en el acto y sin pérdidas de tiempo partimos hacia ese vecino pueblo con el objetivo de explorarlo y cartografiarlo.,pero luego de una larguísima odisea (que no es el sitio para contar) no pudimos hacerlo
.
No obstante el viaje a Remedios no fue del todo estéril; era la primera vez que lo visitábamos por lo que decidimos recorrer hasta el último rincón de esta interesantísima ciudad colonial.El director del Museo de Historia nos permitió hospedarnos allí por varios días y entre visitas y conversaciones con los más destacados intelectuales de la ciudadsurgió un tema, hasta el momento desconocido para mí, me refiero al “paso de la expedición de Pánfilo de Narváez por el Territorio indio de Sabaneque” y cuyo punto exacto se han venido disputando remedianos y sagüeros desde fechas muy lejanas. Los hijos de Remedios, en su gran mayoría, afirman que el sitio de estancia de Narváez junto al Padre Las Casas estuvo en Caibarién, mientras que por otra parte los sagüeros afirman que todo ocurrió en el Territorio de Sagua La Grande, debate muy deportivo y poco científico.

El asunto es que contándose con muy datos históricos no es de extrañar que casi 500 años después los hechos se muestren muy confusos,pero también no es menos cierto que existe un poco de capricho regionalista entre los los defensores de ambas tesis.

Veamos según el padre Fray Bartolomé de las Casa, que fue lo que sucedió por aquellos días de 1511 cuando después de pasar Cuyba y Camagüey el grupo de Narváez continuó avanzando hacia el oeste:

“Pasaron así algunos pueblos de aquella provincia (de Camagüey) por el camino que llevaban, y porque la gente de los pueblos que estaban a los lados del camino, codiciosa de ver gente tan nueva, y en especial por ver tres o cuatro yeguas que allí se llevaban, de que toda la tierra estaba espantada, y las nuevas dellas por toda la isla volaban, llegáronse muchos a verlas en un pueblo grande llamado el CAONAO, penúltima luenga, y el día que los españoles llegaron al pueblo, en la mañana parándose a almorzar en un arroyo seco, aunque algunos charquillos tenía de agua, el cual estaba lleno de piedras amoladeras, y antojóseles a todos de afilar en ellas sus espadas; y acabado su almuerzo, danse a andar su camino del Caonao. En el camino había dos o tres leguas de un llano sin agua, donde sed en algún trabajo; y allí trajeron algunos indios de los pueblos algunas calabazas con agua y algunas cosas de comer. Llegaron al pueblo de Caonao a hora de vísperas, donde se halló mucha gente que tenían aparejada mucha comida del pan de cacabí (casabe) y de mucho pescado, porque tenían junto un gran río y también cerca la mar”.

Hasta aquí la descripción de una aldea indígena llamada Caonao a la cual arribaron al pasar algunos pueblos después de salir de Camagüey, sin duda alguna un poblado hacia la costa norte de la provincia de camagüey donde más adelante el padre Las Casas describe la histórica “Matanza de Caonao” que todos conocemos en los cursos escolares de Historia, donde fueron salvajemente asesinados infinidad de aborígenes que ingenuamente observaban con asombro los caballos que traían los conquistadores españoles. Un triste e imborrable acontecimiento para nuestra historia.

De Caonao la expedición de Narváez partió hacia “Sabaneque” bordeando la costa y pasando algunos poblados indígenas hasta que después de pasar UN GRAN RIO se encontró un extenso y curioso caserío donde los bohíos reposaban en horcones sobre el agua al que los indios llamaban “Carahates”. (con esa descripción me vino a la mente Isabela de Sagua la cual es la única de Cuba que desde épocas inmemoriales conserva este estilo “algo veneciano” de “calles acuáticas” y “aceras muelles”; ¿ No sería esta idea arquitectónica una continuación (españolizada) de los primeros palafitos indios descritos por los cronistas?.

La controversia sobre el emplazamiento de este palafito comenzó con el historiador Ignacio de Urrutia el cual imaginó el sitio en Cayo Conuco mientras que otros historiadores como Guiteras y Guerra lo ubicaban al oeste del río Sagua La Grande.Pero quizás Urrutia desconocía un dato curioso, al oeste del río Sagua La Grande existe y siempre existió un pueblito llamado Carahatas.
Y continúa Las Casas su relato:…”y llegaron a un pueblo (que estaba en la ribera del mar del norte y dentro las casas sobre horcones en el agua) llamado Carahate, penúltima luenga, al cual puso (cambió) el padre Casa-harta, porque fue cosa maravillosa la abundancia de comidas de muchas cosas que allí tuvieron, de pan y caza y pescado y sobre todo de papagayos, que, si no me he olvidado en obra de quince días que allí estuvieron, se comieron más de diez mil papagayos, los más hermosos del mundo, que por alguna manera era lástima matallos”…

Como vemos en esta descripción el poblado se llamaba “Carahates” y allí permanecieron los españoles por quince días algo que sí coincide perfectamente con la pequeña población actual llamada Carahatas. Personalmente estuve por casi un año en Cayo Conuco y Caibarién donde realicé los trabajos de taxidermia para el planeado “Museo del Mar” y aprovechando mi estancia en la región entrevisté a muchísimos vecinos en los cuales nunca encontré vestigios de alguna tradición en cuanto a ese trascendental acontecimiento, pero cosa curiosa, en Caratas sí existe una cautivadora energía en la tradición oral que conservan los más ancianos del caserío los cuales conocen la hitoria e incluso “el sitio donde acamparon las tropas”. Muy cerca de allí se encuentra el área que ocupó ‘Carahatas La Vieja” hasta finales del siglo pasado (XIX) y un poco más hacia el río Sagua está la “Punta Pavía” donde se levantaba el poblado primitivo del cual los vecinos de Caratas estuvieron sacando horcones hasta principios de este siglo (XX) los cuales eran aprovechados para surtir los hornos de la zona. Es curioso que a finales de los años 1970 cuando visitamos Pavía ó Carahates, aun quedaban algunos de los enormes troncos semi-enterrados en el suelo fangoso (y en la actualidad no tienen por qué haber desaparecido).

Por el relato de Diego Velásquez sabemos que los conquistadores salieron de Carahates y después de 4 días(descansando de noche) llegaron a Matanzas, travesía un poco dudosa de haberse realizado desde Conuco teniendo en cuenta que avanzaban remando en canoas unas veces y en otras ocasiones marchaban por tierra por bosques tupidos y ciénagas fatigosas.

Quizás en un futuro se pueda hacer esta travesía en canoa de tronco hueco a modo de prueba comparativa.Otra prueba material de peso serían las excavaciones arqueológicas ya que obviando la habitual exageración en las crónicas de la época, en un sitio así tendrían que encontrarse abundantes restos de dieta si se tiene en cuenta que 50 españoles y 100 indios cargadores comiendo por 15 días,sin contar a los cientos de residentes locales, los cuales según Las Casas mataron diez mil papagayos para alimentar a los “ilustres visitantes”, y quien sabe si algunos objetos españoles pudieron quedar abandonados en el sitio. Se sabe además que el sitio estaba en “Sabaneque” y cuando se despeje por fín la duda de “Sabana” y Sabaneque” veremos que estas son dos provincias distintas y no una como se ha explicado hasta ahora.

A continuación la descripción del Historiador Guiteras:

“Llegaron a un pueblo que estaba en la ribera de la mar del Norte.Este pueblo estaba situado, con más precisión, en la desebocadura del río saguagrande, que tenía las casas sobre horcones dentro del agua y al que los siboneyes llamaban Carahate”.

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